El Poder Ejecutivo inició un proceso de introspección tras su primer gran obstáculo en el nuevo Congreso. La "mesa chica" de Javier Milei se vio obligada a reformular el cronograma oficial luego de que la Cámara de Diputados rechazara puntos clave del Presupuesto 2026, lo que obligará al oficialismo a redoblar esfuerzos en el Senado para blindar el equilibrio fiscal.
En una reunión de urgencia en el Ministerio del Interior -mientras la CGT se manifestaba en Plaza de Mayo-, el jefe de Gabinete, Manuel Adorni, encabezó un cónclave con los ministros Luis Caputo y Diego Santilli, junto a Martín Menem, Patricia Bullrich y Santiago Caputo. El objetivo fue definir la ofensiva en la Cámara Alta para reinsertar la derogación de las leyes de Emergencia en Discapacidad y Financiamiento Universitario, artículos que el Gobierno considera una amenaza directa al superávit.
La reacciones de los gobernadores
La derrota legislativa dejó al descubierto fallas en la coordinación con los gobernadores. Pese a los $66.000 millones girados recientemente en concepto de ATN, el oficialismo sufrió fugas inesperadas. Mientras mandatarios como Jalil (Catamarca) y Osvaldo Jaldo (Tucumán) avisaron sus movimientos, el malestar en la Casa Rosada apuntó a los radicales Cornejo y Zdero, y al entrerriano Rogelio Frigerio, cuyas abstenciones y rechazos fueron leídos como una "traición" de último momento.
Bajo este nuevo esquema, el tratamiento de la Ley de Inocencia Fiscal y el Presupuesto se trasladaría al Senado para después de Navidad (26 de diciembre), con la mira puesta en una sanción definitiva en Diputados el 29 de diciembre.
En tanto que la ambiciosa reforma laboral de Federico Sturzenegger quedará para febrero, al otorgar un margen de negociación para "pulir la redacción" con sectores gremiales y aliados del PRO, hoy distanciados por el conflicto en la AGN.